Coma o punto y coma


II

Los signos de puntuación fueron inventados tardíamente, además de que sus usos fueron erráticos durante cientos de años; en particular, en los siglos XVI y XVII reinaba una anarquía absoluta en la utilización de la coma, prácticamente el único signo de puntuación aceptado entonces (si exceptuamos el punto y aparte que, por otro lado, se usaba muy poco). Yo no lo sé de cierto, pero tengo para mí que el uso del punto y coma debió generalizarse no antes de la XIX centuria. 

Independientemente de la fecha en que haya sucedido eso, desde siempre sus funciones han desconcertado al escritor poco prevenido, y no es para menos. El autor de un  afamado manual de redacción define perogrullescamente el punto y coma como una pausa ligeramente mayor que la coma y menor que el punto. Aunque nos lamentemos de tal obviedad, sin duda, tiene razón, y el parecido con ambos signos explica los desconciertos. No obstante, aunque la diferencia sea sutil, sin duda existe. Este, el parecido con uno y otro, es una de las causas del error, aunque no la principal. Confundimos el uso de la coma con el punto y coma (nunca sucede que pongamos un punto donde deba ir punto y coma o tal hecho es irrelevante) porque tendemos a escribir irreflexivamente; muchas personas creen que escribir es como hablar y nada es más desacertado que este pensamiento (En habiendo oportunidad tornaremos en otra ocasión sobre este tema).

Escribir es una invención que sólo han desarrollado las culturas más complejas y algunas de éstas se han metido en algunos enredos; sea por caso, lo que sucede con la compleja escritura china. En cuanto que escribir (me refiero a hacerlo con corrección) es un artificio, debe mediar entre la pluma y la hoja el buen seso y la meditación. Quien pretenda plasmar sus ideas precipitada e irreflexivamente, sin duda, está destinado al fracaso o, por lo menos, a realizar un mayor esfuerzo y a consumir más energía de la que se debiera.

Por lo tanto, si queremos distinguir con claridad cuándo debemos poner  coma y cuándo punto y coma, debemos partir del principio se utiliza coma si los elementos del enunciado forman parte de una misma idea. En oposición, está este otro. Se utilizará punto y coma cuando los elementos del enunciado constituyen ideas independientes. Estas ideas (aunque no es obligado) se resuelven cada una tomando caminos diferentes. Ejemplos procedentes de este texto serían los siguientes: desde siempre sus funciones han desconcertado al escritor poco prevenido, y no es para menos. Las dos oraciones que constituyen este enunciado tratan un mismo asunto: se dice cómo es que muchos escritores se confunden con el uso del punto y coma, la segunda parte del enunciado duplica la idea pues sostiene que la aparición de esas confusiones son lógicas y comprensibles.

Por lo contrario están los dos elementos de este otro enunciado: tendemos a escribir irreflexivamente; muchas personas creen que escribir es como hablar. Las dos ideas de esta proposición tiene funciones independientes, cada una camina por su lado; no son, y eso es lo más importante, una sola idea desarrollada en dos partes, como el ejemplo primero. Una cosa es escribir mecánicamente, como si estuviésemos inspirados por las musas y otra muy distinta es el preconcepto que determinadas personas tienen de que la escritura es transcripción de las palabras que pronunciamos ad libitum. En estos casos, siempre (sin excepción) debemos escribir punto y coma u otro signo que implique una pausa mayor, pero nunca deberemos usar una coma.

Uno de los errores escriturales más frecuente y más difícil de erradicar es el llamado encabalgamiento. Consiste, precisamente, en poner una coma donde debería ponerse un punto y coma. Un ejemplo que uso con mis alumnos es: Estas vacaciones estuvieron muy largas, necesitaré vacaciones de las vacaciones. Si bien los dos elementos están muy vinculados en su sentido, pues se puede establecer entre ellos una relación de causa efecto, en realidad cada una de las ideas constituyen temas diferentes porque no es lo mismo estar cansado que descubrir lo prolongado que es el periodo vacacional de verano. Por lo tanto, lo correcto es usar punto y coma: Estas vacaciones estuvieron muy largas; necesitaré vacaciones de las vacaciones.

Quizá algún lector se pregunte, ¿por qué, si el asunto se mira tan fácil, es el punto y coma fuente de tantas confusiones?  La respuesta radica en que en realidad sí es un asunto complejo; lo que sucede es que los ejemplos elegidos son particularmente accesibles, a final de cuentas esa es su intención y su función. No obstante, en el campo de la práctica cotidiana de la escritura los casos no van a surgir a modo; es en este contexto cuando el tema muestra su total complejidad.

¿Es posible llegar a dominar el uso del punto y coma? Sí, sin duda, pero deben mediar dos circunstancia: uno, nunca redactar  irreflexivamente, siempre debe mediar el razonamiento y la premeditación cuando decidimos poner una palabra junto a otra; dos, practicar perseverantemente con muchos ejemplos.

Espero que estas mínimas palabras puedan ayudar al lector a salir de la graciosa escena en que Clavillazo quedó atrapado cuando dijo, mientras dictaba una carta a la mecanógrafa, pongamos punto y coma, ya hace rato que no lo usamos.

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