El mexicanísimo: "Se los dije"
En
algunas ocasiones hemos hecho el elogio del buen español de que hacemos uso los
mexicanos, pero en esta ocasión hablaremos de un vicio muy nuestro: confundir
el plural en el pronombre lo en determinado contexto. Diremos de entrada
el problema y luego lo explicaremos, porque estoy convencido de que a algunos
lectores nuestros les parecerá tan extraño que no podrán creer de que es un
error, de tan introyectado que está en nuestro ser.
Pensemos
el siguiente escenario. Advierto yo que por lo nublado del cielo, no se puede
inferir sino que se aproxima un ciclón a las costas del sur de Jalisco. Así lo
comento con algunos amigos, pero éstos desconfían de mi intuición meteorológica
y niegan tal posibilidad. En efecto, se viene la lluvia y al día siguiente los
periódicos y demás medios anuncian la llegada de un ciclón a nuestras costas
desde el día anterior. Yo me encuentro a los incrédulos amigos, y mientras les
muestro la prensa digo admonitoria y petulantemente: se los dije. Pues
bien, estará perfectamente diagnosticado el clima pero la construcción es
imperfecta, pues debí haber dicho: se lo dije. ¿Es verdad que suena
increíble que sea lo en lugar de los? Pues así es. Veamos por
qué.
Esta
oración está constituida por un verbo conjugado y dos pronombres: se,
funciona como objeto indirecto y los es objeto directo. Un ejemplo
canónico sería: María compra chocolates para sus papás. El objeto directo es
chocolates y por lo tanto puede ser cambiado por el pronombre los; por
lo tanto quedaría la construcción: María los compra para sus papás.
Aquí, el pronombre en plural, lógico, sustituyó a chocolates. Papás es
el objeto indirecto y por lo tanto debe ser sustituido por se. Observe
el lector que el sustantivo (papás) es plural, pero el pronombre no tiene
plural, no existe ses, por lo tanto usamos para todos los casos la forma
de singular, y debemos usar se si el sustantivo es singular (papá) como
si es plural (papás). Aquí radica la fuente de la confusión.
Por
lo tanto, si cambiamos los dos sustantivos por sus respectivos pronombres, la
oración quedaría: María se los compra. Se, como ya se explicó,
sustituyó a papás y los a chocolates. En nuestro ejemplo “Se los dije”, se
sustituye al objeto indirecto amigos (plural) y los debería
sustituir la cosa dicha: ciclón (singular), por lo tanto, debería usarse
el pronombre en singular: lo, y no en plural los, porque la cosa
dicha es una sola (ciclón) y no varias. ¿Por qué se dio el enredo?
Porque
los dos pronombres en el ejemplo se lo dije, nos parece, están en
singular (lo, se) y nosotros sabemos que en esa oración hay un
plural (amigos) y necesitamos meterlo, y como se no es posible
pluralizarlo, convertimos en plural el único que es posible hacerlo (los) que
es la cosa dicha y ya no reparamos en correcciones gramaticales ni hacemos caso
de que amigos debe ser sustituido por se. Simplemente obedecemos
a nuestro oído que nos está diciendo que ahí hace falta un plural.
Estoy
convencido que quien me haya podido seguir con total concentración habrá
entendido cabalmente el fenómeno. No obstante, y a mayor abundamiento
expliquemos el caso de los pronombres que sustituyen a los objetos directos e
indirectos. Aunque, insisto, es redundar en lo ya dicho.
Los
objetos directos son aquello sustantivos sobre los que recae de manera inmediata
la acción del verbo: “compra chocolates”. Estos sustantivos pueden ser
sustituidos por un pronombre átono; exclusivamente: lo, la, los, las. Dependerá
del género y número del sustantivo para que usemos uno de estos cuatro: Como en
nuestro ejemplo incluía un sustantivo masculino plural (chocolates)
debimos sustituirlo por el pronombre masculino plural: los. Si la cosa
comprada hubiera sido singular femenino, como por ejemplo: María compra una
casa para sus papás, el cambio habría quedado: María la compra para sus
papás. Por lo tanto, si cambiamos los dos objetos (directo e indirecto) de María
compra una casa para sus papás quedaría: María se la compra. Por lo
tanto, se sustituyó a papás y la a casa.
En
el caso de los objetos indirectos tenemos que son sustantivos que reciben el
beneficio o daño de la acción realizada. En nuestro ejemplo primigenio el
sustantivo que recibió el beneficio realizado por el verbo fue papás. Como en
el otro caso (en el de los objetos directos) el pronombre que sustituya al sustantivo
debe concordar en género y número con el sustantivo en cuestión. El pronombre
que hace la función de tal objeto es se, pero a diferencia de lo, los,
la, las, sólo tiene una forma pues no existen los correspondientes: sa, sas,
so, sos, sino que todos cuatro sentidos se resumieron en se, y por lo tanto
éste puede ser singular y plural, masculino y femenino. Sea cual fuere el
sustantivo que se use en función de objeto indirecto.
Pensemos
en el siguiente ejemplo, siguiendo siempre nuestro modelo: María compra una
víbora de cascabel para sus profesoras. Se deberá sustituir al femenino plural
(para sus profesoras) por el pronombre se y, por otro lado, el pronombre
la sustituye al otro sustantivo (una víbora de cascabel) así la
construcción quedaría: María se la compra (María la compra para ellas).
A
pesar de estas explicaciones, y ya para concluir este breve aporte,
preguntémonos: ¿un día los mexicanos lograremos erradicar este vicio y diremos
correctamente “se lo dije” en lugar de se los dije”? Tengo mis dudas. Creo que
persistiremos en el error a pesar de la advertencia de que ahí está una piedra.
Y esto es así porque somos humanos, y nada de lo humano nos es ajeno, incluidas
las piedras del camino en que solemos tropezar.
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