Uso del adverbio recién
Los
adverbios son aquellas partículas de la oración que funcionan dentro del
predicado para indicar una condición del núcleo de éste, es decir, del verbo.
El perro corre rápidamente, por ejemplo. Rápidamente es el adverbio y como
se puede notar muy claramente va después del verbo y además da un matiz
concreto de cómo se realiza la acción verbal. Gusto de comparar las funciones
de los adverbios con las de los adjetivos, pues éstos sirven para dar
cualidades de los sustantivos y suelen ir después de éstos. Un ejemplo de
adjetivo calificando a un sustantivo y un adverbio modificando a un verbo
sería: El perro blanco corre rápidamente. También podría comparar esas
relaciones, en cuanto que el sustantivo y el verbo son núcleos y el adjetivo y
el adverbio son modificadores, como la relación que existe entre la luna y la
tierra, entre la tierra y el sol. Una partícula es más importante y la otra
“gira” en torno de ésta que es el núcleo que la atrae y la hace funcionar.
Pues
bien, entre los muchos adverbios que usamos cotidianamente se encuentra recién
que algunos mexicanos suelen usarlo erróneamente. Y esto es así porque las
funciones de éste están limitadas a ciertos contextos. Debo decirlo ya, el
adverbio recién se rige con participio si se le quiere usar
castizamente. Perdón por la afirmación tan taxativa, pero no se olvide la
condición normativa de estos artículos en que reflexiono sobre el uso de
nuestra lengua pues están pensados para que sean leídos por mis alumnos que
están empezando su carrera de filólogos.
Es
necesario decir antes de emprender a explicar el fenómeno de recién+participio que los adverbios tienen
otras dos funciones muy importantes aparte de ser “satélites” de los verbos, y
es que también sirven para modificar a los adjetivos, por una parte y, por la
otra, también se les utiliza para dar cualidades de otros adverbios. Veamos
unos ejemplos. En la frase extremadamente rico el eje es el adjetivo rico
y el que hace circunvoluciones en su entorno es extremadamente, pues a
las claras se nota que esta última partícula es un aspecto, una característica
de la condición rico. Quizá alguien podría decir, y ¿por qué no llamamos
sustantivo a rico y adjetivo a extremadamente?, finalmente hacen
la misma función que se acaba de explicar de éstos. No es una mala deducción,
pero hay una razón poderosa para no hacer eso, pues rico en otro
contexto se sigue comportando como una cualidad; ampliemos el ejemplo: Empresario
extremadamente rico.
Como
se puede notar, rico es una cualidad de empresario y extremadamente
lo es de rico. Es decir, podemos hacer cadenas de palabras que se van
haciendo en sus relaciones más y más complejas. Veamos un caso en el que un
adverbio modifica a otro adverbio: El avión pasó muy rápido. Como se
puede observar, rápido es un adverbio que modifica la acción pasó
y muy es un adverbio de cantidad (equivale a mucho) que
intensifica la cualidad de rápido. Por lo tanto, muy es un
adverbio que califica al adverbio rápido y éste califica la acción pasó.
Pues
bien, recién+participio responden a la
estructura de adverbio+adjetivo, es
decir, recién es el adverbio que da cualidades del participio que se comporta
como un adjetivo pues da las cualidades de un sustantivo como en el caso de empresario
extremadamente rico. Es decir, cuando decimos: libro recién comprado,
recién es un adverbio de tiempo (equivalente a recientemente, hace poco
tiempo, etc.) y es una cualidad de comprado, a su vez, este participio
(del verbo comprar) se está comportando como un adjetivo del sustantivo libro
porque es una cualidad de éste. Dicho con nuestra metáfora, recién gira
en torno de comprado y comprado gira en torno de libro.
¿Y
dónde está el problema? Pues bien, en términos generales, los mexicanos solemos
construir bien el régimen de recién más
participio, pero no es extraño escuchar a algunas personas que gustan de la
innovación o mal entienden la originalidad y entonces copian usos incorrectos
de recién que nos vienen de Sudamérica. En varios de aquellos países,
principalmente Argentina y Uruguay, está generalizado el uso de recién más
verbo conjugado y además de que se le suele dar otros significados muy
distantes de la idea de “hace poco tiempo”.
Como
ya se habrá advertido, recién es la forma apocopada de recientemente,
aunque haya gramáticos (Manuel Seco) que sostienen que es apócope del adjetivo reciente.
Ese error ya lo aclaró Moreno de Alba en su libro Minucias del lenguaje
(“En los diccionarios suele explicarse que el vocablo recién es apócope del adjetivo
reciente. Me parece más preciso decir que es apócope del adverbio
recientemente, pues en cualquier enunciado recién puede sustituirse por
recientemente y casi nunca por reciente. Ello quiere decir, además, que recién
es un adverbio (equivalente a recientemente) y no un adjetivo (pues no es
sustituible por reciente)”). Como adverbio que es puede modificar a cualquier
verbo, y así este uso viciado de recién más verbo conjugado, sea por caso, recién
lo vi entrar en el cine, se puede resolver muy fácilmente cambiando recién
por recientemente y así el enunciado podría quedar recientemente lo vi
entrar en el cine.
Pero
hay usos realmente bárbaros pues aparte de anteponerlo al verbo se lo pospone y
se le cambia el significado y se dice con él cosas como “únicamente” o acaso
“apenas”; en Argentina es posible escuchar expresiones como Vicenta tiene
recién una semana en casa. Como se puede observar, no se le puede cambiar
por recientemente, incluso, funcionaría perfectamente el enunciado sin el recién,
y esa es otra de las cosas que notamos de inmediato en el habla de aquellos
países del sur, usan abusivamente de este adverbio y lo quieren meter en todos
lados y para toda ocasión, es como lo que nos sucede a los mexicanos que a toda
expresión le queremos incluir el pronombre átono “le”.
Para concluir estas observaciones veamos un último ejemplo de uso incorrecto de recién. En la expresión Lo vi recién entró por esa puerta, el adverbio ha perdido por completo su función adverbial y el enunciado pediría, dado el caso, una conjunción o frase conjuntiva del tipo “en cuanto” o cualquier otra de tipo causal. Por lo tanto la construcción correcta sería Lo vi en cuanto entró por esa puerta o Lo vi porque entró por esa puerta.
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