El encabalgamiento de ideas


XXXV

 

El famoso escritor mexicano José de la Colina escribió un libro de cuentos titulado La lucha con la pantera. El relato que le da título a este breve volumen nos muestra el estado de ánimo de un personaje, su mundo interior y su deseo por hacer algo que, por más que lucha contra su fuero interno, no termina por vencer la resistencia interna que se lo impide hasta que… Hasta que, en fin, será necesario que te enteres por ti mismo leyendo esa interesante obrita. Lo que ahora quiero decir es que esa lucha que contra su yo realiza ese personaje puede ser una excelente metáfora de lo que le sucede a algunos redactores inexpertos: que tratan de vencer la resistencia que les opone el encabalgamiento y mucho se les dificulta entenderlo y dominarlo.

¿Cuál es el problema? Que el uso diferencial entre una pausa menor (coma) y una pausa mayor (punto y coma) tiene que ver –entre otras cosas– con una cuestión jerárquica. Hoy quiero hablar de un aspecto derivado de esta diferenciación, de esta jerarquía y también de la parte semántica que está unida con los aspectos de la buena escritura. Como te das cuenta, son tres elementos de los que ahora quiero hablar: reglas de puntuación, jerarquías sintácticas y orden semántico de nuestras ideas. Los tres elementos son asuntos especiosos. Así que con calma me decido a explicarme.

El encabalgamiento tiene que ver con el uso erróneo de la coma y no hay solución posible sino quitando esa coma y poniendo otro signo de puntuación en su lugar (normalmente un punto y coma, aunque un punto y seguido también es posible). Es decir que si escribimos una proposición en que se nos coló un encabalgamiento de nada servirá tratar de reordenar las palabras o las oraciones mientras nos aferremos a que permanezca esa maldita coma en nuestro escrito; nada se resolverá, no hay que neciar: esa coma debe salir corriendo, con la misma velocidad con que los gatos corren cuando pasan por encima de las ascuas. Y como los ejemplos tienen que ver con lo práctico, veamos un primer caso: Yo tengo que presentarme también a las 10 en la oficina, en vista de que todos los demás estamos ocupados, te pido, Aquiles, que tú pases al aeropuerto por Tortuga. Como observamos, semánticamente son dos las ideas que aquí se transmiten: 1) Todos estamos ocupados a las 10 y 2) Aquiles, pasa al aeropuerto por Tortuga. Si observamos el sentido del mensaje de cada una de ellas son muy diferentes entre sí: una cosa es decir lo que se hace por las mañanas y otra cosa es pedir a alguien que vaya al aeropuerto; preguntémonos ¿Es lo mismo entrar todos a trabajar a la misma hora que pedir un favor? ¿Es lo mismo entrar a una oficina equis que entrar a un aeropuerto? Etc. Por supuesto que la respuesta será negativa: las dos ideas transmitidas son de orden diverso, o mejor dicho, no hablan de lo mismo.

Lo tenemos bien sabido (desde los estudios primarios) que las comas son pequeñas pausas para separar dos elementos DENTRO DE UNA MISMA IDEA. Luego entonces, para separar la primera de la segunda idea NO DEBEMOS USAR COMA, sino una pausa mayor. Veamos ahora el aspecto gramatical de este mismo caso. La proposición tiene una estructura muy compleja, aunque no se le note. Como ya sabemos, para saber la cantidad de oraciones que tenemos en un enunciado debemos identificar los verbos conjugados; aquí la transcribo con los verbos en negritas: Yo tengo que presentarme también a las 10 en la oficina, en vista de que todos los demás estamos ocupados, te pido, Aquiles, que tú pases al aeropuerto por Tortuga. Yo sé que a muchos, en este momento les será difícil hacer un análisis gramatical de esta proposición, pero partamos de un principio mínimo que siempre debemos aplicar: CADA VERBO CONJUGADO IMPLICA UNA ORACIÓN, por lo tanto, esta proposición está constituida por cuatro oraciones simples, ahora bien, el asunto es más complejo que yuxtaponer cuatro oraciones simples como elementos en serie (primera regla del uso de la coma): Juan trajo cerveza, Miguel compró un tequila, Rosita nos prestó el equipo de sonido, la mamá de Luis alquiló una tramoya de luces y el inútil de Ramón sólo trajo una plantita. Sírvame esta digresión para hacer un apunte práctico que nunca debes olvidar: el encabalgamiento es un problema escritural que rara vez, es casi imposible, se presenta en enunciados básicos como los elementos en serie que acabamos de ejemplificar.

Pues bien, una representación esquemática de la estructura de esta proposición como la quiso representar quien la redactó quedaría así. 

Es decir, quien redactó esta proposición se propuso realizar una estructura muy básica: tres elementos en serie como el ejemplo de arriba con oraciones yuxtapuestas o quizá mejor decir superpuestas con comas unas a las otras, y todo ello equivalente a decir:


En realidad, por la construcción sintáctica, esta estructura debería quedar más o menos así:

 

 Dicho de otro modo, la proposición está compuesta por dos ideas, la primera (Yo tengo que presentarme también a las 10 en la oficina) transmite una cosa muy diferente a la segunda (Te pido, en vista de que todos los demás estamos ocupados, Aquiles, que tú pases al aeropuerto por Tortuga) y por lo tanto se debe separar de la segunda con punto y como o con punto y seguido, pero nunca con coma porque eso implicaría encabalgar la primera idea dentro de la oración de la segunda.

Veámoslo ahora desde el aspecto jerárquico con otro ejemplo. Los senadores de Morena discutieron por más de tres horas a puerta cerrada, fue un debate intenso, en el que la mayoría de los legisladores no coincidieron con la interpretación del coordinador. Como se puede notar, en este ejemplo pasa algo muy parecido a lo que sucede en el previo: el redactor considera que su proposición tiene tres elementos y cada uno lo separa con coma, como si fueran elementos en serie; en realidad sólo son dos elementos y no pueden ser elementos en serie porque no son de la misma categoría sintáctica ni semántica. Son dos ideas que transmiten dos cosas muy diferentes entre sí: 1)Los senadores discuten por muchas horas 2)Los legisladores no coinciden con su coordinador. Como se puede ver claramente, el orden de las ideas es muy diverso entre sí y no es lo mismo discutir mucho tiempo a pelearse con el jefe ¿Que se pueden vincular? Sí; claro que se pueden vincular, pero no se trata de que nosotros lo entendamos, que por supuesto que entendemos que se pueden vincular, sino de que se redacte bien.

En fin, vamos a lo de jerarquizar. Digámoslo, por economía, de la siguiente manera: si la coma separa elementos menores dentro de una idea valdrá uno; en tanto, el punto y coma, en cuanto que separa ideas diferentes entre sí valdrá dos. Por lo tanto, el mensaje que nos envió el redactor quedaría así:



 Quiero decir, que para nuestro redactor lo mismo vale la primera coma que la segunda, y eso no es posible puesto que la primera separa una idea de la otra, mientras que la segunda separa un fragmento de la segunda oración del resto de esa misma segunda oración. Dicho de otra manera, la segunda coma separa el elemento adjetival. “En el que la mayoría de los legisladores no coincidieron con la interpretación del coordinador” es una cualidad (como si fuese un adjetivo) del sustantivo “debate”. Es exactamente la misma función que “intenso”; es decir: el sustantivo “debate” tiene dos modificadores 1)Intenso 2) en el que la mayoría…

En resumen, si una coma está dentro de una oración y sirve para separar dos elementos de ésta, no puede “valer” lo mismo que una coma que se usa para separar la idea de una oración respecto de la idea de otra. Esta es la jerarquía a la que me refiero. ¿Solución? Quitar la coma y poner un punto y coma: Los senadores de Morena discutieron por más de tres horas a puerta cerrada; fue un debate intenso, en el que la mayoría de los legisladores no coincidieron con la interpretación del coordinador.

¿Qué no se ve muy afortunada esta solución? Sí, sin duda hay mejores opciones, pero el uso de la coma no lo es. Sin duda sería mejor cambiar algunas palabras, poner un conector, en fin, ser creativo. Así, parece un texto redactado por Frankenstein, pero no hay ahí encabalgamiento.

Vayamos concluyendo que esta lección se nos ha alargado demasiado. Veamos un último ejemplo: La prosperidad en China ha creado enormes desigualdades entre el campo y la ciudad, la costa y el interior, los que tienen y los que no, la era de Mao aún se recuerda entre buena parte de la población como una época en la que, aunque todos eran pobres, no había distinciones, y la corrupción no era tan escandalosa. Uno de los errores de redacción básico es querer decir todo de un golpe y este ejemplo es un caso muy evidente de eso. Nuestras proposiciones deberán ser breves, dos líneas, acaso tres, y ya. Luego,  punto y seguido y una nueva oración con un nuevo sujeto. Observa como aquí el redactor cae en el encabalgamiento porque deja su primer tema (los elementos en serie en los que compara extremos) para, abordar uno nuevo (los años de la pobreza de Mao) ¡pero separó uno de otro elemento con coma! ¿Para qué hablar de cosas tan diferentes en una sola proposición? ¿Qué necesidad hay de construir lluvia de ideas?  


 

 

 

 

 

 

 



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